Lo cierto es que no se parece demasiado a ningún otro libreo que haya leído con anterioridad. El genero es ciencia-ficción, pues ambientado en 1855 adelanta la era de la informática cerca de un siglo, pues Babbage ha perfeccionado su máquina analítica.
La cosa no sería extraña de no ser porque se cuentan varias historias paralelas, todas ellas entrelazadas pero alejadas del género, algunas casi más cercanas al Western, cuando menos, curioso. La conclusión del libro, si es que tiene, queda a decisión del lector.
Los autores, porque son dos, William Gibson y Bruce Sterling, son pródigos en descripciones y datos históricos, pero no llegan a aburrir con detalles insulsos, si bien es cierto que en algunos momentos la narración puede resultar algo “dilatada”.
En cualquier caso, aunque solo sea por su peculiaridad, merece la pena tenerlo en la lista de libros por leer. Claro que, eso es solo la opinión de un neófito en al materia.
