La novela mezclaba trágicos sucesos e intrigas dignas de una buena novela policíaca, combinados con visos de teoría de cuerdas a la par que iba dando saltos temporales en la línea argumental. Realmente adictivo hasta la mitad o un poco más. En ese momento sufre el llamado “Síndrome de las telenovelas”, es decir, le sobraba papel y le faltaban ideas. La línea argumental cada vez se torna menos plausible, más difusa. Si a eso le sumamos los continuos saltos en la línea temporal, tenemos un libro en el que es muy fácil perdernos.
Hay que reconocer que el final es original, aunque es uno de los menos imaginativos y la verdad es que decepciona bastante.
Quizá había depositado demasiadas esperanzas en el libro, pero lo cierto es que me ha quedado una sensación de haber perdido el tiempo.. y quizá algo de rabia, la historia era realmente buena y creo que podría haber dado muchísimo más juego.
A ver si después de los exámenes leo algo mejor… se agradecen las sugerencias :)