Una mano que abrirá muchas puertas

Leo en ADN.ES que ya está a la venta la primera mano biónica. Por lo que cuentan en la noticia y el mini-vídeo que se puede ver, parece que es un gran avance a un gran coste, 12.000 euros del ala. De todos modos, eso podéis leerlo en cualquier medio informativo tradicional, yo os propongo otra cosa.

Hace tiempo, en una clase de la universidad, discutíamos sobre como la inteligencia artificial debería ser desarrollada para que la web semántica fuera una verdad tangible y no un mero “Beta” colgado de una web AJAX molona. Entre unas cosas y otras, acabé defendiendo la postura de que la evolución humana debía seguir pautas marcadas por las especie y no por el entorno.

Un caso claro, aunque muy primitivo, es esta mano. Nadie duda que si te falta la tuya, este es el mejor apaño. Pero soñemos un poco, no es difícil pensar que de aquí a un futuro no muy lejano, estas prótesis adquieran una movilidad total… con una fuerza mayor a la de una mano humana. ¿Realmente no sería una ventaja? Probablemente no, ya que no tendría sentido del tacto. En cualquier caso, es un ejemplo de mi teoría.

En realidad mi visión es ligeramente distinta. Conocemos especies con capacidades físicas naturales que parecen magia a nuestros ojos. ¿Tan terrible sería modificar nuestra especie para integrar esas capacidades? Imaginad que pudiéramos replicar la capacidad de las lagartijas para regenerar sus extremidades, esta mano biónica sería un chiste, jamás necesitaríamos una, podríamos obtener otra idéntica a la que teníamos antes. ¿Quizá unos ojos de gato? Serían de gran ayuda en sitios oscuros.

Pero no hace falta mezclar especies, nos basta con convertir a nuestros enemigos en amigos. Las células cancerígenas no están sujetas al proceso de envejecimiento natural que posee el resto de nuestro cuerpo. Si pudiéramos emplear el mecanismo de esas células a todo nuestro cuerpo y evitar una división celular desmesurada, habríamos ganado la batalla al tiempo.

Por supuesto estamos a muchos años de poder realizar estas cosas, pero hace no demasiado tiempo una tuberculosis era una enfermedad letal. Lo que no podemos hacer es negarnos a investigar, cerrarle las puertas a la ciencia simplemente porque tengamos miedo de lo que podamos llegar a hacer con nuestros conocimientos. Hemos necesitado miles de años de evolución para llegar a donde estamos ¿qué hay de malo en usar lo que hemos aprendido en ese tiempo?

Supongo que pasa lo mismo que en las olimpiadas. Aun cuando sabemos que la evolución física natural convierte en inútil una competición de ese tipo, nos negamos a permitir a sus participantes el uso de conocimientos farmacológicos para compensar la lentitud evolutiva a la que estamos sometidos.

No sé hasta qué punto puede llegarse en un futuro a estimular la actividad cerebral o aumentar la capacidad intelectual de un ser, pero no veo nada inmoral en ello. Aquellos que creen en Dios no dudan en acudir a los hospitales para alargar la vida de forma “artificial” (léase usando conocimientos adquiridos, no naturales) pero sí en otro tipo de procedimientos con idénticos fines.

Imaginaos un mundo así. Si nuestra especie dispusiera de tantos mecanismos biológicos y una capacidad intelectual suficiente, la población podría reducirse enormemente. No habría problemas de recursos y probablemente las teorías económicas actuales fueran innecesarias. Tal vez sea una utopía, pero seguirá siéndolo si permitimos que interpretaciones religiosas cierren paso al conocimiento humano.

Por Carballude

Me llamo Pablo Carballude González, soy graduado en computación con master en HCI y Seguridad Informática. Actualmente trabajo para Amazon en Seattle como Software Developer Engineer. Soy de esas personas que no saben si los textos autobiográficos deben ser en primera o tercera persona. Lo intenté en segunda, pero no le entendí nada :P

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