Noches largas y pesadas,
rezumantes de maldad,
pudo ser tu veneno
o mis besos sin piedad.
Triste luz que me acompaña
dulce sombra me acogerá
serán tus labios mi destino
serás mi muerte al despertar.
Arrulla el viento la melodía
de quién ya no te verá,
a él confío mi lamento,
que sus ecos preservarán.
No conservo la esperanza
de oír tu voz al medio día,
reclamando mis besos,
mi atención, mi compañía.
Contra tu pelo la suave brisa,
parece canciones entonar,
bellas, tiernas y profundas,
que nadie osa pronunciar.
Seré yo quien os olvide,
seréis vos quien no recuerde,
será esta historia borrada,
no lloréis, no estaré triste.
Doy muerte a estas líneas,
pongo fin a esta tragedia,
entierro mi corazón,
con vos, termina mi existencia.
No sólo de código vive el hombre… :-)