Es el segundo libro de “La saga Heechee” del autor Frederik Pohl. Si bien la primera parte me enganchó desde el primer momento, esta segunda parte no ha decepcionado, aunque no está a la altura de “Pórtico”.
Continua la historia unos años después de donde finalizó la primera entrega y en un escenario que poco o nada tiene que ver con el libro anterior. Además, el personaje ha evolucionado y su forma de enfrentarse a la vida es bastante distinta, en ciertos aspectos, cuesta reconocerlo.
No hace pesada la lectura, aunque quizá la última parte del libro condense muchos acontecimientos y explicaciones que podrían haberse dado poco a poco a lo largo del libro, pues parece que el querer mantener “el misterio” hasta el final acaba recargando demasiado los últimos capítulos.
Ahora estoy continuando la “Saga de la Sombra”, pero después intentaré hacerme con la tercera y última entrega de “La saga Heechee”, ya os contaré.