Odio. Absurdo, incomprensible y corrosivo odio. Viendo el trato que los participantes de “Generación Ni-Ni” le daban al colectivo homosexual y transexual, no puedo sino reflexionar y pensar que deberá mi generación cambiar para evitar los errores que las anteriores han cometido.
Está fuera de toda duda que estas personas no han obtenido la educación que necesitan. No cabe en la cabeza de nadie una discriminación tan flagrante y tan absurda que sólo puede ser un ajobo para la sociedad.
Soy la primera persona que cree que el ministerio de igualdad nunca debería haber existido. Soy el mismo que dice que las leyes que fomentan la igualdad deberían desaparecer por contradecirse a sí mismas. Pero no porque sea partidario de crear diferencias, sino porque fui criado para ver a la gente como lo que son: personas. Hace algún tiempo vi un reportaje en televisión sobre una empresa que se vanagloriaba de contratar únicamente a mujeres. Y todos aplaudieron. ¿Todos? No, yo pensé que aquello era un error. De hecho, cuando pregunté a la gente que estaba conmigo qué opinaría si una empresa sólo contratara hombres, la respuesta fue unánime, estaría mal. Lo siento, pero si una cosa está mal, la otra no puede estar bien.
No seremos una sociedad libre hasta que rompamos los grilletes de las tradiciones. Debemos entender que no es la educación una mera aceptación de conceptos expuestos por una figura autoritaria, sino un proceso de asimilación y análisis crítico que debe contrastarse siempre con los valores de uno mismo.
Si no enseñamos a las futuras generaciones a pensar por sí mismas, muy pronto nadie lo hará. Antes que cualquier otro deber, sea personal, económico o de otra índole, está nuestro deber como especie. Debemos procurar que el futuro que dejamos sea mejor que el presente que hemos vivido. Obviamente, nuestro futuro jamás será mejor si no logramos entender que aunque todos seamos individuos distintos, con capacidades y conocimientos diferentes, todos tenemos los derechos atribuibles a cualquier forma de vida. El respeto, la tolerancia y la colaboración son el único camino hacia el futuro que me gustaría dejar en herencia.
No he visto Generación NiNi, eso de mano. Pero tengo la impresión de que casi todo lo que se emite en televisión es falso. De que son actores (malos). De que fingen.
En lo demás, de acuerdo.
AMEN hermano
Un artículo de opinión, más que acertado.
Enhorabuena.
No sé lo que es generación NiNi, ni tampoco me preocupa mucho. Lo que sí es cierto es que yo también pensé que quizá era «la primera persona que cree que el ministerio de igualdad nunca debería haber existido.»
Muy triste.
Enhorabuena por el post.
podeis ver el video de la agresion aqui
http://www.chuecadigital.com/2010/03/17/los-ni-ni-sexta-pollas/