No soy dado a las quejas. En verdad, no soy muy dado a la política, pero ya no puedo más. Trabajo lo más duro que puedo para obtener el mejor resultado posible. No porque sea sencillo, sino porque es lo correcto. Y aun así, me llaman delincuente. Delincuente por no seguir el juego. Por no… Seguir leyendo Soy uno de ellos. Uno de nosotros. Un indignado.